jueves, 30 de junio de 2011

Una broma de Miguel Ángel

El mundo de las palabras a veces suele mezclarse con el de las imágenes, claro está si eres de los que sabe apreciar la belleza en cualquiera de sus presentaciones y mas aún cuando quien admira tiene la capacidad de reconocerla aun entre un lodazal. En mi humilde opinión, de los artistas plásticos que mas se destacaron fue sin duda el pintor de la Capilla Sixtina Miguel Ángel, por lo cual quise mostrar un relato sobre él y su pintura, bastante curioso por cierto, publicado por Kristen Bradbury, quien recoge en su publicación  unas 120 obras y las comenta haciendo a Miguel Ángel uno de los responsables del despliegue cultural de la Florencia del siglo XVI, hablando precisamente de la relación literatura - arte.
En la parte inferior derecha del fresco del Juicio Final, en la capilla sixtina, está representado Caronte en su barca arrastrando a todos los pecadores al mismísimo infierno.
"Antes de que el fresco estuviera terminado, visitó la capilla el maestro de ceremonias del papa Pablo III, Biagio Da Cesana, quien se quejó de la gran cantidad de desnudos además de considerar la obra impúdica y poco adecuada para la Capilla Sixtina. Como venganza, Miguel Ángel retrató a Cesana entre los pecadores de la parte inferior derecha, con cuernos en la cabeza y una serpiente enroscada alrededor de su cuerpo"


¿Sera el mismo? A mi me parece que la nariz es la misma... ¿Usted que opina?

miércoles, 22 de junio de 2011

Carta de amor

Quiero comenzar este blog con una carta de amor muy peculiar de la escritora británica Virginia Woolf, quien tras comenzar a sufrir otro episodio de presunta bipolaridad decidió suicidarse.
"Querido, 
Estoy segura que me estoy volviendo loca otra vez. Siento que no puedo volver a pasar por un periodo así. Esta vez no me recuperaré. Estoy empezando a oír voces y no me puedo concentrar. Así que voy a hacer lo que me parece la mejor opción. Has estado a mi lado de todos los modos posibles. No creo que nadie haya sido tan feliz como tú y yo hasta que llegó esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que te estoy arruinando la vida, y que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Ya ves que no puedo ni escribir correctamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido muy paciente e increíblemente bueno. Quiero que lo sepas -todo el mundo lo sabe-. Si alguien me hubiera podido salvar, hubieras sido tú. Lo he perdido todo, menos la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida.


No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido tú y yo."